Maria Salom / Presidenta del
Consell de Mallorca
¿Cuál es el balance de
gestión en 2014, especialmente en relación a Calvià y Andratx?
Cuando
empezó la legislatura y asumimos la gran responsabilidad de gestionar una
institución como el Consell de Mallorca, nuestro primer objetivo fue sanear las
cuentas de la institución y clarificar el marco de sus competencias, que en
buena medida se hallaban duplicadas y sobredimensionadas. Pretendíamos
construir un nuevo Consell, libre de las aspiraciones de anteriores épocas en
las que la principal finalidad era competir con el Govern por ejercer cuantas
más competencias mejor, aunque estas se solaparan y se duplicaran. Queríamos
dar forma a un Consell más adaptado a las necesidades auténticas de los
mallorquines, más austero, mejor dimensionado.
Este
nuevo enfoque resultaba, además, especialmente imprescindible en unos años
caracterizados por la crisis económica, que ha afectado de forma seria a las
posibilidades presupuestarias de las instituciones. Pienso que la meta se ha
logrado en su mayor parte. El nuevo gobierno del Consell heredará una
administración insular descargada de compromisos económicos que no podía
cumplir, con un presupuesto realista que, por primera vez en mucho tiempo, se
ha aprobado antes de finalice el año, y con una hoja de ruta en la que las
demandas de los ayuntamientos son una de las prioridades más importantes. De
hecho, esta es una institución claramente municipalista, y esto vale para
Calvià y Andratx, como para cualquier otro ayuntamiento de Mallorca.
Como es
lógico, los consistorios más pequeños, con menos recursos, reclaman en mayor
medida nuestra atención, pero ello no significa que no hayamos mantenido una
relación de estrecha colaboración también con los ayuntamientos de Calvià y
Andratx. Este último municipio forma parte, además, de la Serra de Tramuntana,
declarada Patrimonio de la
Humanidad en 2011, pocos días después de materializarse el
cambio de gobierno en el Consell. Desde entonces hemos tratado de potenciar
tanto como ha sido posible la imagen cultural, medio ambiental y turística de la Serra , y, en este sentido,
también de Andratx y del resto de territorios de esta zona privilegiada de
Mallorca. Desgraciadamente, no siempre han sido las buenas noticias las que nos
han obligado a girar la vista hacia Andratx.
Todos
recordamos con dolor y consternación el grave incendio que asoló el municipio y
otras áreas de la Serra
de Tramuntana en el verano de 2012. Fueron momentos de gran preocupación y
dramatismo, en los que el Consell y el resto de instituciones aportamos todos
nuestros recursos para paliar los efectos devastadores del fuego. En este
sentido, quiero elogiar desde aquí el ejemplo de compromiso y profesionalidad
que ofrecieron los bomberos del Consell, en coordinación con el resto de
fuerzas operativas.
Critican que a usted le
preocupa más cuadrar las cuentas que las necesidades humanas y sociales de los
mallorquines...
Respeto,
como no podría ser de otra manera, cualquier tipo de crítica o de reproche que
se realice en torno a la gestión de la institución que presido. Sin embargo, me
parece una crítica sumamente injusta que no tiene mucho que ver con la
realidad. Y eso no lo digo por pura retórica política, sino porque la realidad
así lo demuestra. Basta echar un vistazo a los presupuestos que el Consell de
Mallorca ha ido aprobando estos últimos años para darse cuenta de que toda
nuestra acción política ha girado sobre un mismo eje: los servicios sociales.
Difícilmente
se hubiera podido optar por otra vía en una etapa caracterizada por la crisis,
en la que cientos de personas han visto disminuir sus rentas disponibles, han
sido despedidos o han vivido la traumática experiencia de perder una propiedad
a causa de la imposibilidad de hacer frente a los pagos. Como dije en mi primer
discurso institucional como presidenta, de la crisis económica no se sale con
individualismo, sino con solidaridad y generosidad. Solo con el esfuerzo de
todos podremos superar la crisis, no mediante esfuerzos aislados o
individuales. ¿Y qué podemos hacer desde las instituciones? Apoyar en la medida
de nuestras posibilidades a las personas y a los colectivos con más
dificultades. Y eso hemos hecho en el Consell.
El
presupuesto del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS), que es el organismo
autónomo que gestiona las políticas de acción social de nuestra institución, no
ha hecho más que crecer año tras año. Incluso, en su momento, se modificaron
las previsiones presupuestarias para que todas las áreas renunciaran a una
parte de sus recursos con la finalidad de que el IMAS contara con más medios a
su disposición. Este ha sido un período de gobierno en el que el elemento más
importante han sido las personas. Mucho más que las cuentas y los resultados. Y
la prueba fehaciente está en el trabajo que se ha realizado en estos tres años
y medio desde el IMAS.
"En una crisis
económica el votante pide gobiernos serios, rigurosos, cercanos y responsables”
Competencias en turismo.
¿Por qué no es bueno que las asuma el Consell?
Jamás
hemos dicho desde el Consell que no fuera una alternativa positiva. De hecho,
nos hemos reunido con el Govern cada vez que se nos ha convocado para discutir
este tema, como también lo han hecho el resto de administraciones insulares.
Otra cosa distinta es defender que hay que esperar el momento oportuno. Miren,
en la anterior legislatura existía una Conselleria de Turisme en el Consell de
Mallorca, y, por supuesto, también una consellera y toda una estructura
política cuyo cometido era gestionar estas competencias. Solo había un
problema, aunque bastante grave: esas competencias no existían. Como comenté al
principio de esta entrevista, quienes entonces gobernaban el Consell habían
entrado en la deriva de competir con el Govern para ver quién tenía más poder y
más competencias. En el actual Consell no hemos querido entrar en ese juego. Si
un día el Consell cuenta con un departamento de turismo ha de ser porque, en
efecto, las competencias, o una parte de ellas al menos, hayan sido asumidas
por la institución. Por otro lado, no renunciamos a asumir esa responsabilidad,
ni mucho menos. Únicamente que para nosotros, en esta legislatura, han existido
otras prioridades más urgentes. La primera de ellas, dedicar la mayor parte de
nuestros recursos a servicios sociales y a los mallorquines con más
necesidades; y la segunda, que el Consell dejara de ser una institución con sus
números en rojo, incapaz de cumplir con los compromisos con sus acreedores.
En el Consell ya hemos
tenido varias presidentas. ¿Por qué no sucede lo mismo con el Govern?
No lo
sé, la verdad. Supongo que las circunstancias han ido por ese camino, pero, si
he de serle sincera, pienso que se trata de un debate absolutamente superado. O
que, al menos, deberíamos haber superado todos. Hombre o mujer, lo
verdaderamente importante en un responsable político es que gestione sus
competencias con sentido común y con ese ‘seny’ mallorquín que en según qué
etapas tanto se ha echado a faltar. Estoy convencida de que un día, no sé
cuándo, habrá una presidenta del Govern, y que también habrá un presidente del
Consell de Mallorca. Forma parte de la dinámica natural de los acontecimientos.
Y así hay que aceptarlo, con naturalidad, con espontaneidad, sin juzgar a los
políticos por su género, sino por su eficacia, su seriedad y su honestidad. Eso
es lo verdaderamente importante.
¿No cree que los partidos
clásicos, como el PP o el PSOE, están perdiendo presencia y vigencia en el
nuevo escenario político? ¿No deberían cambiar maneras, formas y caras para
adaptarse a tiempos nuevos y distintos?
Los
votantes son quienes, soberanamente y con total libertad, han de elegir quiénes
han de asumir la responsabilidad de presidir cada una de las instituciones
públicas y ejercer el derecho a la representación que confieren las normas
democráticas. Aquello que el pueblo elige es la única elección válida y
legítima, y en eso se basa nuestro sistema. A partir de ahí, cada formación
política ha de ser capaz, por supuesto, de interpretar las nuevas reclamaciones
y necesidades de los ciudadanos. Quien no lo haga corre el peligro de pagar esa
negligencia en las urnas, tanto si es un partido clásico, como usted dice, u
otros que han salido a la palestra hace menos tiempo. La clave reside en saber
interpretar qué es lo que el elector nos pide, qué necesidades está expresando.
En un momento como el actual, de crisis económica, creo que, ante todo, el
votante pide gobiernos serios, rigurosos, cercanos y responsables. Y así es
como la formación a la que represento ha intentado comportarse cuando ha tenido
la responsabilidad de formar gobierno. En el Consell, como decía antes, se ha
optado por construir una institución muy cercana a los ciudadanos que ha
priorizado las necesidades de los hombres y mujeres de esta tierra. En este
sentido, hemos intentado adaptarnos a ese clamor generalizado de todos los
colectivos de la sociedad mallorquina, y si vuelven a confiar en nosotros, tras
las próximas elecciones, así lo haremos nuevamente.
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