Las cartas están sobre la mesa y son claras. La iniciativa
pública y privada parecen de acuerdo en el nuevo horizonte para Magaluf como un
destino turístico reformado. Un nuevo concepto donde prime la calidad familiar
antes que la cantidad etílica. No obstante, ya han comenzado las víctimas y las
noticias sensacionalistas como preámbulo de un verano que apunta buenas
expectativas de turismo. El balance final de este verano será el termómetro que
determine la temperatura del paciente Magaluf, para saber si tiene una enfermedad
endémica o confirma una mejoría general con futuro saludable. Los empresarios ya han dado los primeros pasos
para reconvertir la oferta de Magaluf, ahora son las instituciones públicas que
deben dar el do de pecho y evidenciar con sus actuaciones que mamading, balconing, prostitución … pertenecen
a otros tiempos, ya pasados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario